
Últimamente todos hemos tenido las emociones a flor de piel, esto lo he sentido en mi, en mi familia, en mis pacientes, en todos aquellos que están a mi alrededor.
Esta entrada al siglo XXI está llena de transiciones y grandes cambios… muchas veces no nos damos cuenta de todo lo que implica a nivel emocional esto que estamos experimentando como colectivo.

¿Cómo estás manejando tus emociones? Muchas personas a las que he acompañado en procesos terapéuticos tienen este punto en común: no expresar sanamente sus emociones.
Muchas personas les temen a sus emociones, se avergüenzan de ellas y por eso las relegan, intentan ocultarlas e incluso tratan de ignorarlas. Lo cierto es que las emociones permanecerán en una lucha en tu interior hasta que no trabajes en ellas y las reconozcas.
Recuerda no hay emociones buenas o emociones malas, solo hay emociones.
Las emociones como todo en la vida, tienen un inicio y un final. Podemos decir que tienen su propio ciclo natural.

Si te permites este recorrido, profundizarás en tu autoconocimiento. Tendrás más control y estarás en paz contigo mismo.
Al no expresar y procesar una emoción, su ciclo no se completa. Las emociones son pura energía y, al reprimirlas esa energía se “enquista” y se repiten una y otra vez en nuestra experiencia de vida.
Para experimentar una buena salud mental debes permitirte sentir todas las emociones: tanto las agradables, como aquellas que consideras como desagradables.
¡La emoción es efímera, si la vives pasa! Es necesario que vivas y cierres el ciclo de una emoción pues si no lo haces, esa energía queda “encerrada” en tu interior y más tarde o temprano te pasará factura.

Todos tenemos en nuestro interior el poder para sanarnos. ¿Te animas a comenzar en tu proceso?
Te dejo toda la información sobre las sesiones terapéuticas.